Le gustaba el calor del fuego,
lo arropaba en aquellas frías noches de invierno.
El árbol se vestía con pendientes dorados y una falda verde.
El muñeco de nieve practicaba los villancicos antes del concierto.
Y él, colgado de la chimenea junto a sus hermanos,
estaba impaciente por conocer
qué deliciosas chocolatinas le tocarían ese año.